miércoles, 6 de mayo de 2009

De las redes Jerárquicas a las Heterárquicas

Cuando googleamos la palabra Red encontramos diversos significados. El primero nos dice que es una formas de conexión u organización unidimensional o multidimensional, que nos sirve para regular y armonizar por medio de estructuras cerradas o abiertas pero comunicadas y desarrolladas entre si. Otro de los significados que hallamos es que una red es cuando se pretende unir entre sí un gran número de usuarios, resulta difícil por cuestiones fundamentalmente económicas la unión de todos con todos de forma directa. Por tanto, para conseguir un número importante de usuarios se establece una red de comunicación que permita compartir los correspondientes recursos y así, el coste y su utilización tendrán un mayor avance.


La Heterarquía o red, es un sistema de organizar el espacio, el tiempo y la sociedad entendidos como autónomos, con individuos y grupos autoinventados y autosuficiente, cuya estructura cambia continuamente de acuerdo con los cambios necesarios y las condiciones. Por eso, los miembros de una sociedad heterárquica se perciben unos a otros como autónomos, valoran la cooperación más que la competición, pero conociendo que la ganancia para unos, no lo es para otros.


Para unir estos dos términos debemos conocer sus antecedentes:

El concepto de Jerarquía hace más de 1500 años fue introducido por el griego Dionisio, el decía que esta palabra significa gobernar a través de lo sagrado. Esta visión condiciona la interacción sistémica a manifestarse en dos o más dominios cognitivos simultáneamente, puesto que los individuos, a pesar de coordinar acciones y emociones consensuales, establecen relaciones con lenguajes diferentes.

La interacción jerárquica se caracteriza por la presencia de dos o más dominios cognitivos en correspondencia semántica, ya que no se comparte un lenguaje. El proceso de producción de significado en cada dominio es determinante para establecer la coordinación de acciones y emociones que permiten a cada sistema cognitivo mantener su autopoiesis. Esto es posible mientras el entorno permanezca estable y el proceso sea predecible, es decir, que se manifieste cierta estabilidad cognitiva en cada sistema.


Según Maturana señala que "Las relaciones jerárquicas no son relaciones sociales porque están fundadas en la autoridad y la obediencia". Es decir, que se manifiesten en todo el espacio-tiempo del sistema, interacciones sociales heterárquicas fundadas en la emoción de la aceptación mutua, capaces de generar un aprendizaje que irradie a todo el conjunto. Por el mismo lado Hedlund se refiere al principio de heterarquía para analizar las condiciones organizativas que estimulan el aprendizaje generativo en contraposición con la jerarquía organizacional, que favorece el aprendizaje adaptativo.

Reforzando esta idea, José García precisa que "Los órdenes sociales de la modernidad tardía se nos presentan como complejas redes comunicativas heterárquicas, en las que cada vez aparecen más bucles extraños si intentamos analizarlas con el modelo de la jerarquía".


El aprendizaje de Bucle Simple tiene la habilidad de detectar y corregir errores respecto a un conjunto predeterminado de normas y procedimientos. Por su parte, el aprendizaje de Bucle Doble incorpora la capacidad de cuestionar permanentemente las normas de operación sometidas a las transformaciones semánticas del entorno, actuando en correspondencia con dicho análisis semiótico, sobre los significantes funcionales y los referentes perceptivos de una organización.

El sistema holográfico y autoorganizado por excelencia es el cerebro humano, entonces la red neuronal propia de este último se correspondería con la red de relaciones entre los individuos componentes de una organización. Con estos antecedentes, ahora es posible concebir el término de heterarquía como la condición organizativa de estructura reticular que caracteriza un conjunto de elementos interdependientes.

La arquitectura en red permite que la conectividad se maximice al interior de un sistema, favoreciendo la emergencia de unidades poli-funcionales capaces de reorganizar estructuras y de innovar potencial holográfico, asegurando así, flexibilidad al conjunto de operaciones.

Luego de analizar las condiciones estratégicas y organizativas que favorecen los procesos de aprendizaje en los sistemas de interacción, es posible comprender la evolutiva heterárquica que siguen las organizaciones sociales para adaptarse y sobrevivir en la era del conocimiento. La cultura heterárquica, marca una tendencia a configurar redes horizontales con individuos autónomos, donde la libertad de pensamiento-acción es la base para garantizar dicha autonomía y otorgar movilidad a las redes.

Esta estrategia es el resultado de un proceso continuo de aprendizaje del que la misma emerge, en correspondencia con el desarrollo de las interconexiones teórico-pragmáticas.

Dado que las transformaciones semánticas inciden directamente en las semiosis de cualquier dominio cognitivo durante alguna interacción sobre ese dominio, resulta imprescindible que la convergencia entre ciencia y tecnología defina y acote el dominio cognitivo que permite la autoorganización de un sistema de interacción extendido. Este dominio cognitivo involucraría necesariamente todo el espectro de las tecnologías de la información, sin embargo, dada la configuración heterárquica que facilita la autoconstrucción permanente de un sistema, creemos que el dominio de las redes de telecomunicaciones representa el dominio cognitivo perseguido. Otro factor a considerar en este punto es el señalado por Bulard "Las Redes son, ante todo, sistemas de colaboración. No hay ninguna razón para que se conviertan en armas de exclusión". En este escenario, el dominio de Internet -entendido como la interconexión de redes, unificada y cooperativa, que integra una aplicación universal de comunicación- se presenta desde la perspectiva antropológica y circular para identificar el dominio cognitivo en el cual desarrollaremos nuestra investigación, con el fin de concebir una nueva organización en términos de sistema de interacción extendido.

La concepción de movimiento social supone considerar los términos de acción, actividad y transformación, a partir de una realidad no compartida, apreciada como difícil, o decididamente adversa. De aquí se desprende que los actores sociales en movimiento cuentan con un elemento común representado por la dicotomía dominación-subordinación, que caracteriza la evolución intraorganizacional desde una estructura jerárquica a otra heterárquica. Sin embargo, los movimientos sociales no se definen únicamente por el factor de clase, sino que en ellos convergen una amplia gama de valores, creencias y puntos de vista. Por ello, ninguna categoría social por sí sola sería capaz de originar movimientos sociales, pues lo constitutivo de estos es precisamente su pretensión universalista, de trascendencia de los sentidos particulares de clase.

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